Si la soledad era un problema mega preocupante antes de la pandemia, agudizado por factores como el agotamiento ante el exceso de interacciones digitales y la propia desincronización de nuestras rutinas (que antes nos hacía conectar).
Aunque hayamos estado “aislados” de nuestros seres queridos, nunca antes en la historia habíamos estado tan conectados digitalmente. Gracias a las apps de video conferencias y el “estamos juntos en esto” se ha convertido en el grito de guerra en todo.
Promover la unión es el nuevo desafío, estimular el sentido comunitario y comprender que esta factura de la distancia nos pasará la cuenta.
Pasamos más tiempo con nuestros teléfonos que son seres humanos. De hecho en el 2022 los aparatos electrónicos triplicarán la densidad de la población del mundo.
La nueva década será testigo de como existe el mindfulness para calmarnos de la ansiedad también existen las escuelas de los afectos, que nos formarán en cómo aprender a re-conectar con los demás.
La empatía como foco.